Ituzaingó juega cada vez peor. Se fue a defender a la Barranca Quilmeña y así le fue, perdió (0-2) dejando una imagen penosa. El Verde solo tuvo una llegada clara en todo el partido y Medina mantuvo las dos líneas de cuatro durante todo el juego. Faltó audacia, sobro temor. No hay amor propio y algunos jugadores pareciera que no quieren jugar más en Ituzaingó.
El fútbol murciélago (todos colgados del travesaño), falló. Solo el arquero Ferreiro, en su debut, estuvo a la altura del León. El panorama es reservado, la preocupación es grande.
Desde que uno se enteró como iba a formar el equipo, se imaginaba un planteo cauteloso del Verde. Pero lo visto en la cancha, demostró que “cauteloso” era un termino generoso para definir, lo metido atrás que jugó el León .
El debutante Ferreiro, tuvo por delante dos líneas de cuatro. Caputo, Ayoroa, Páez y Frisani en la primera barrera y mas adelante, no mucho más, Zampini, Gutiérrez, Pablos y Witty Ibáñez. Por su parte, Aranda y Carloni jugaron solos arriba, aislados de todo el equipo.
El Mate demostró interés por atacar desde el vamos, mucho más con un rival tan metido atrás. También jugó con dos líneas de cuatro, pero con mejores aptitudes técnicas. Por ejemplo, Sanfilippo y Emmanuel Ibáñez eran el doble cinco, ambos jugadores de buen pie y panorama. Fue así que el dominio del local no tardó en observarse, sin ser abrumador, jugaba cerca del arco de Ituzaingó.
Por izquierda, Guzmán (un nueve tirado atrás) y por derecha, Arana, siempre pasaban y desbordaban. Error repetido, si recordamos lo que paso frente a Arenas hace ocho días. Y eso que jugadores en posiciones defensivas sobraban, Zampini jugó todo el primer tempo de cuatro bis y Pablos junto con Gutiérrez solo estaban para destruir lo que generara el Mate, nada de esto surtió efecto. Mucho menos la insólita posición de Witty, jugando de “10” condenado a la intrascendencia al mejor futbolista de este pobre equipo.
Con el panorama oscuro (como su nueva camiseta) que se le venía al León, no extrañaba que en cualquier momento Argentino abriera el marcador. Y eso pasó llegando al final de la primera etapa, a los 41’. Un doble rechazo fallido de Coco Frisani, le permitió al siempre atento Arana, definir mano a mano ante Ferreiro (que ya le había atajado uno al mismo jugador) y marcar el 1-0 para el local.
El primer tiempo del Verde fue muy malo. Solo tuvo dos remates, desde lejos, al arco (o algo así), de Carloni y Witty, que fueron productos de la impotencia por no poder llegar al área del Mate. En defensa, solo las buenas intervenciones del arquero Ferreiro, estuvieron del lado positivo. Individualmente y colectivamente, los primeros 45’ del León fueron de lo mas opaco del campeonato, y eso que Ituzaingó tuvo partidos malos en esta temporada.
Llamativamente, Carlos Medina, espero que se jugaran tres minutos en el segundo tiempo para meter al Animal Pérez en la cancha. El que salió fue Carloni, de desganado primer tiempo. Con lo cual, el esquema no variaba, Ituzaingó seguía aferrado al defensivo planteo de Tato. Aún el ingreso de Lucas Alonso, a los 8’, tampoco hizo que el DT cambiará su dibujo táctico, ya que El Duende jugó pegado a la raya, como volante derecho, y no como enganche, donde tan bien rindió en los segundos tiempos anteriores.
Cada minuto que pasaba, llamaba más la atención el paupérrimo desempeño de nuestros jugadores y la nula audacia de su entrenador, que sí el reglamento se lo permitiese pondría once arqueros. El Verde intentaba atacar tirando centros, pero eran solo aproximaciones. La única chance de gol realmente nítida fue un rebote que le quedó a Zampini, quien remato al medio del arco con mucha potencia haciendo desperezar a Pereyra que la mando al corner.
Ni el ingreso del Pájaro Silva, le dio más explosión al ataque de Ituzaingó. Claro, el que salió fue Aranda. No daba para arriesgar, según el manual de Tato. Llegando al final del partido, había jugadores del Verde que no la querían ni tocar a la pelota, con más miedo a perderla y que se genere un contragolpe, que animarse a arriesgar para empatarlo. Y ese temor tuvo su castigo. Faltando cuatro minutos para el cierre del encuentro, Arana desbordó por derecha, como siempre que se lo propuso, y asistió a Tello que definió de caño ante la salida del pibe Ferreiro. 0-2 y a otra cosa.
Fue de los peores partidos de la temporada. Pero esto no es nuevo, el León ganó un solo partido de los últimos diez que jugó, y fue ante Urquiza, al que le ganan todos. Muchos jugadores piden, a fuerza de pobres rendimientos, no jugar más con esta camiseta, sus propios desgastes (mentales, físicos, anímicos) los hacen nocivos al equipo. Pero el tema es más preocupante ya que, en estos años de malas campañas, no es difícil acordarse de malos partidos de Ituzaingó. Pero me es imposible recordar uno, en el que deliberadamente el Verde se allá ido a defender como un equipo chico ¿será que tocamos fondo? ¿ó todavía se puede estar peor?
Por Mariano Genisso
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