Midland festejó que no perdió...

En el marco de un partido muy pobre, “El funebrero” encontró el empate en el minuto 46 del segundo tiempo, por un cabezazo de Mariano Martínez que debió ser expulsado en la primera etapa. A Ituzaingó le faltaron ideas y concentración para sostener el triunfo que se escapo al final. Fue un 2 a 2 que no quedara en la historia.

La tarde soleada de Libertad, mostró una escenografía llena color blanco y azul esperando al local, y un puñado de allegados, dirigentes, jugadores y algún colado del “verde” (algo más de 30 personas) que miraban desde un costadito casi hacinados el partido y hasta sufriendo alguna agresión que la policía obviaba.
El clima de nerviosismo y fervor de afuera de la cancha se trasladaba a la misma, tan así que recién a los 20 minutos del primer tiempo, paso algo importante, Daniel Infrán erró un gol con arco libre que era la ventaja para Midland, Como contestación, Manuel Bordón sacó un remate de afuera del área que pego en la mano de Mariano Martínez, claro penal que sancionó Ramiro López, pero el juez obvio expulsar al defensor infractor ya que la pelota iba con dirección al arco.
A los 23’ Leo Grabre cambió penal por gol y era todo alegría verdolaga.
Pero por si esa ventaja no era merecida, el árbitro se encargó de nivelar las cosas y le cobró un penal muy dudoso a Midland. Una supuesta mano de Páez ante un centro de Trejo que el mismo, “gordo” (ya pesadilla del “león), anotó con un remate fuerte y alto.
Ya con el empate, llegaron los mejores momentos de equipo de Aldo en el partido, los últimos cinco minutos del primer tiempo, acorralando a Midland pero sin poder sacar rédito en la red, ya que Paz estaba inspirado.

En el segundo tiempo dejó la cancha Javier Páez por lesión e ingreso en su reemplazo Rodrigo Balcaza, allí se vio el movimiento posicional mas curioso del partido, “el coco” Frisani pasó a jugar de “2”. No le fue tan mal, pero francamente fue sorpresivo dada la baja estatura del habitual lateral izquierdo del “león”.
Otra modificación, al menos discutible, fue la entrada de Lucas Alonso en lugar de Gastón Aranda, Ituzaingó perdía peso arriba en apenas diez minutos de la etapa complementaria.
Pero como si la histórica paternidad saliera a relucir, “el enano” Balcaza, por izquierda, se mando una apilada para recordar y habilitó a Nico Carloni que de taco (a lo Crespo) ponía el 2 a 1 y silenciaba a Libertad.
Iban 30 del segundo tiempo y casi sin sospecharlo, por lo malo del partido, Ituzaingó se estaba llevando el premio grande y encima de la mano de un golazo impropio de un partido tan chato.
A causa de la desventaja, Midland se jugó sus ultimas fichas, entró el atacante Pastrana y salió el defensor Pintos López, allí Libertad se fue a humo pero tirando centros a la olla, algunos bien resueltos por “el ruso” Scurnik y otros que se le complicaban.
El reloj no pasaba más y encima “el verde” no podía cuidar la pelota lejos de su campo, allí fue cuando a los 46’ un centro, de uno de los tantos miles que se tiraron por libertad, derivó en un cabezazo de Mariano Martínez, que fue el actor principal del festejo de Midland, que lo empataba en una de las últimas jugadas.
Después del 2-2 no quedó tiempo para más, la tarde se cerró en un empate con demasiados goles para la escasez de ideas que reino al partido.
Con mucho para analizar (pero en frío), se fue un duelo más de barrio. Si Aldo planteó bien o mal el partido quedará para la discusión eterna de café, lo mismo si acertó o no en los cambios. Pero una vez más Ituzaingó se fue de Libertad con las botas puestas, y pensando en que si “ellos” festejan el empate debe ser por que nosotros somos grandes.

Por Mariano Genisso